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El RINCON DE CHENCHO: "Ya no viene el lobo iraní " Por D. Inocencio Arias

El RINCON DE CHENCHO: "Ya no viene el lobo iraní "  Por D. Inocencio Arias

El anuncio de los Servicios de Inteligencia ha puesto todo patas arriba. Irán habría parado en otoño del 2003 el programa que le llevaría a la bomba atómica. La conclusión, que alimentó estos meses especulaciones de que Estados Unidos atacaría a Irán antes de que fuera un peligro para Israel y la zona, es justamente la contraria de la que los mismos servicios venían sosteniendo sistemáticamente. El lobo iraní, por ahora, no viene.
El anuncio es un bombazo. Las autoridades iraníes se regodean, no mentíamos dicen, y será más difícil imponerles sanciones en la ONU aunque sigan incumpliendo el mandato de la Organización de detener su programa de enriquecimiento de uranio y no den las explicaciones adecuadas sobre el mismo. (Hace días, Solana se mostraba defraudado con la actitud iraní.) ¿Quién va a convencer ahora a Rusia o China, que tienen muy jugosas operaciones comerciales con Teherán, de que los ayatolás son una inminente amenaza si los propios servicios de inteligencia de Estados Unidos salen por el registro de que a corto plazo no lo son? Bush ya ha aclarado que el informe sólo dice que pararon su programa atómico sin excluir que lo puedan reanudar en cualquier momento, pero el globo del peligro está ahora desinflado. El tema pasará al nuevo presidente aunque algunos apunten ya que en las conclusiones se está yendo al otro lado del péndulo (de lobos aviesos, los iraníes se habrían transformado en corderitos).

La noticia aporta curiosas deducciones. La primera es que la invasión de Iraq tuvo un efecto benéfico inesperado. Hizo reflexionar al régimen anterior iraní. Si los americanos han sido capaces de liquidar a Sadam Husein en cuatro semanas, lo que nosotros no logramos en varios años, significa que son capaces de todo. No juguemos con fuego, paremos el programa ahora que tenemos ya los conocimientos, antes de que la próxima bofetada nos caiga a nosotros.

La segunda se refiere a la actitud de los servicios de inteligencia. Este verano interceptaron conversaciones de militares iraníes que se quejaban sobre la interrupción del programa militar. Al incipiente convencimiento de que el hecho podía ser cierto se unió la obsesión de no meter la pata como había ocurrido con las armas de destrucción masiva en Iraq. Los responsables de las Agencias de espionaje se aislaron sin dar información inicial a los políticos para no dejarse influir por ellos en sus conclusiones como había ocurrido en el año previo a Iraq. Ahora sentencian: los iraníes pueden estar burlándose de la ONU, tienen conocimientos atómicos peligrosos pero detuvieron su programa militar hace cuatro años. Esto tendrá consecuencias hasta en el precio del petróleo.

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