La voz de mi pueblo: " DIARIO DE BIENSERVIDA Nº 512 " Por D. Luís Serrano

Lunes 13 de Agosto de 2007.

La voz de mi pueblo.

Diario de Bienservida 512º.

19º temperatura, viento del sudeste para los que fuman, del Norte para la veleta de la Iglesia, del Sur para la veleta del Embajador y del Nordeste para la veleta del ayuntamiento, o sea que para saber hacia donde sopla el viento hay que encender un cigarro y mirar al cielo al expulsar el humo.

El árbol de la plaza crece bastante cada año, debe tener miedo de hacerse grande por si se lo cargan otra vez, espero verlo sobrepasar al campanario.

Son las diez un  F18 cruza la plaza en contra del viento. Mingote mientras tanto me alegra la mañana con sus ripios veraniegos:

"Grabé tu nombre en un árbol/por siempre de ti acordarme/ahora pienso que aquel árbol/era bueno para ahorcarme"

El periódico de Albacete me dice que Javier Corpas cortó ayer tres orejas en Bienservida, no pude ver la corrida y no ví por tanto los linces bailar al son del "gato montés" por la Cabezuela. Tampoco decía el colega que nuestro diario fue el primer periódico del mundo en dar la noticia del terremoto.

Si venia una foto evocadora de los vendedores de cuchillos y navajas en la Estación de Albacete, soportaban calores veraniegos, fríos invernales en las madrugadas de Enero, con una barriga que soportaba 30 kg de navajas. Con la nieve que a veces aparecía en Octubre como me cuenta Garrido que era músico de la mejor banda de la Sierra de Alcaraz, el tocaba un instrumento más pequeño que la Tuba, de nombre alemán, y me dice que estando el 12 de Octubre tocando diana en el Robledo de pronto comenzó a nevar y fue tan grande el nevazo que acabaron con los chorizos y morcillos de la matanza del año anterior. En Bienservida estaba el pueblo preocupado pues estuvieron tres diás sin saber nada de la banda que dirigía José Antonio Algaba.

Y hablando de bandas de música, ayer murió el maestro José Tristan que dirigía la banda del Maestro Tejero de la Maestranza de Sevilla, a quién tuve la fortuna de verle actuar en su último día de trabajo en dicha plaza, concretamente el Domingo de Resurrección de éste año, tocó por última vez al Cid al pasear la única oreja de la tarde en el primer toro. D.E.P.

Bonito estaba lo que las salinas dejan ver de campo, con la flor salinacéa de bellos colores rodeando las parcelas donde se encuentran las montañas de sal de color rosa que al recibir el viento que viene del mar, hace que poco a poco queden blancas de sal reluciente, el tesoro no solo de los que habitan el desierto sino de las liebres de Bienservida que en los fuertes calores se comen la sal que los pastores ponen a cabras y ovejas para ayudar a mantener el equilibrio isotónico de su naturaleza.

Llego por fin a la barra del Florida y un ajo pringue de escándal-higado de cerdo frito con aceite y ajo-me pide probarlo mientras Angel el de La Viuda me rememora una famosa cencerrada de los años cuarenta cuando los hombres del pueblo se apropiaron de una tartana engalanada de Don Antonio Pretil (Médico) para  echarla a correr calle abajo del Pozo hasta que quedó empotrada  donde la calle se estrecha. El toque de los cencerros alerto al Tío Chiquitín, novio viudo, que se casaba esa noche con una de Cotillas (pueblo cercano) que al salir a invitar a los que de ese modo les felicitaban se encontró con la desagradable sorpresa de que los policías municipales el Hermano Toto y Valentín arreaban estopa con sus vergajos no dejando culo sano.

Pero está visto que en mi pueblo, no me dejan en paz. Suena el teléfono para invitarme a comer en mi pueblo natal Vianos a media hora de coche. Con mi mujer y mi hermana me pongo en camino para degustar los diferentes platos de galainos o gazpacho manchego, que las mujeres de mi pueblo cocinan bajo concurso.

La llegada al pueblo entre sartenes humeantes me excita el apetito, fácil de excitar. Toso los gazpachos estaban tan buenos que me limitaré a enumerar a algunas de su cocineras sin decir la categoria del premio.

Cada cuadrilla de mujeres recibió dos pollos y dos conejos, torta acima de pan suficiente para cocer, pimientos, tomates, cebolla y ajos. Alguna de su propia cosecha añadió orégano. Las numerosas sartenes despedian cada vez olores más sublimes. Los dos primeros platos que me comí eran insuperables, luego probé una versión sin deshuesar y más caldosa digna de repetir y al final el de orégano. No saciado recuerdo me tomé dos platos más, fueron seis platos y estoy vivo. Cronista oficial de mi pueblo evidentemente les hice honor.

Fueron estas las cocineras, Camila mujer de Melitón, Basilisa la mujer de Procopio, Julia Fafra hija del Siete, Herrero deVianos, que vivía en el callejon de la Leche debajo del Casino de la Urraca.Mis felicitaciones a todas las cocineras y su amabilisima disposición para con una eterna sonrisa  llenarme platos y platos de tan sabroso manjar. Gracias al lector José Antonio que me avisó para invitarme al evento.

Pero el final fue trágico, pues me ocurrió que al ir a apretar el botón de al aire, borré el periódico, no veía del atracón. Hoy lo repito espero que con acierto, peor hubiera sido que una tromba de agua hubiera caido sobre  las sartenes en le momento de servir tan formidable, comida. Hasta mañana si Dios quiere. Saludos Luís.