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La voz de mi pueblo: " DIARIO DE BIENSERVIDA" Nº 430 Por D. Luís Serrano

La voz de mi pueblo: " DIARIO DE BIENSERVIDA" Nº 430  Por D. Luís Serrano

La voz de mi pueblo.

Diario de Bienservida 430º.  23º C. Sol tibio, el día ideal para bajar la Virgen a su Ermita.

Buenos días amigos. Probablemente sea en estos momentos la única persona de este nuestro pueblo que se encuentre ante unas teclas con menos ideas que nunca, pues su cabeza es una continua máquina fotográfica que no para de visionar fotogramas segun el minuto del día en que se encuentre son completamente diferentes.

Las nueve me dieron con la Virgen saliendo tras el Niño a la Plaza del pueblo, que reunido, congregado en pleno, al oído de las notas de nuestro himno nacional, pone por primera vez los pelos de punta a los yá romeros, en los inicios de ese largo paseo de ocho kilómetros, en los que pase lo que pase y caiga lo que caiga, la Virgen no se vuelve y mirando hacia su próximo retiro, paso a paso, camina con gozo. Se merece un descanso.

Cruzada la Plaza se dirige hacia La Calzada a la salida del pueblo, en este lugar de encrucijadas, los que nunca van a la Ermita, si tienen boina se la quitan, y le dicen adiós. En su interior yo sé que rezan porque aunque intenten desmentirlo son creyentes. Son los pocos, si acaso una docena, que guardarán el pueblo durante el día.

Un pueblo donde todo lo público se convierte en privado y todas las puertas cierran.Camino de Andalucía, bordeando por su margen derecha al afluente del Guadalquivir más nombrado (Río de la Madre, Río de Turruchel, Guadalmena y al final Guadalimar el más largo, más incluso que el Guadalquivir). Esto hace que si se llegara a fondo en los estudios el rio principal de Andalucia debería llamarse  Guadalimar.

Hay unas decenas de Kilometros más desde Villaverde del Guadalimar, donde nace éste, que desde Cazorla donde dan nombre al Guadalquivir.

El camino es descendente en su totalidad y el árbol que prevalece es el olivo, algún almendro intenta hacerle sombra y unos poquitos pinos aparecen por El Cerro. Los grandes pinares quedan atrás. El campo, en su detalle, es un jardín florido, al principio amapolas rojas, florecillas violetas y margaritas desojadas por novios incipientes son mayoritarias.

Es mitad del camino y dos enormes losas encaladas reciben a la Virgen y al Niño. Se para, entre una fila kilométrica de coches para almorzar. No hace falta llevar nada, si vas solo, te recomiendo vayas a tu paso y antes de haber andado un kilométro tu cuerpo no podrá haber digerido la inmensa cantidad de buenos alimentos y bebidas que te ofrecen. Para enumerarlas os recomiendo el libro de Cocina de siempre de Bienservida. Las probarás todas, beberás su vino, su cerveza y deberás comenzar a rehusar invitaciones para intentar salvar tu vida.

Unas jotas al son de la banda de música, de nuevo el Himno Nacional y a hombros con los "Santos" caminito de la Ermita.

Conforme bajamos y la pendiente se hace casi llana aparecen  retamas enormes que cuanto más nos alejamos van disminuyendo de tamaño, en flor, junto a jaras que  enamoran con sus flores y enormes juagarzos igualmente floridos, es Mayo y Florido y Hermoso en todo su esplendor, Cruzada la General Córdoba - Valencia el campo es flor, es verde, es inimaginable, no puedo evitar unas lágrimas.

Previa la entrda a la Ermita se subastan los palos para entrar la Virgen y al acorde ¡Cómo no! Del Himno Nacional se penetra en el templo, lleno a rebosar desde horas antes.

Una misa que oye quién puede y en los alrededores los bares no dejan de trabajar, casi a las dos, la desbandada. De momento toda la masa que parada charla y bebe, se pone en movimiento, es como si tocaran a arrebato. Niños buscando a padres y padres buscando a niños, todos buscando coches y en unos segundos una procesión de vehiculos inunda la general para unos metros más adelante cruzar hacia la izquierda en busca del rio Guadalmena. Es en sus alrededores,en la finca de Lentiscares (Un recuerdo)donde un 90 % de personas, al cobijo de encinas y pequeños chaparros, se sientan y siguen comiendo y bebiendo.

Y cuando parece que el sol vá adecirnos adiós, aparecen las lumbres, se comienza a ver humo, a oler a chuletas de cordero asadas, los estómagos con miedo se disponen a sufrir su última prueba, se come todo no sobra nada; de pronto corre el rumor de que una familia está asando una cierva tierna que tuvo un percance (siempre hay un percance para una bala pródiga), se rodea a la cierva y tampoco queda nada.

Mi mujer entra a mi despacho y noto me abraza, miro al frente y me veo, la foto de mi casa, la foto del immenso Padrón que guarda el pueblo y para rendirme más una enorme pérdiz cuidando sus doce perdigoncetes me traslada. No puedo ni debo seguir.

Hasta mañana si Dios quiere.Adios amigos y como dicen mis paisanos, mil veces hoy. ¡Viva la Virgen de Turruchel!

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